“El amor al Romano Pontífice ha de ser en nosotros una hermosa pasión, porque en él vemos a Cristo”. Así, el amor al Papa es esencial en la vida de cualquier hijo de la Iglesia. “Tu más grande amor, tu mayor estima, tu más honda veneración, tu obediencia más rendida, tu mayor afecto ha de ser también para el Vice–Cristo en la tierra, para el Papa. Hemos de pensar los católicos que, después de Dios y de nuestra Madre la Virgen Santísima, en la jerarquía del amor y de la autoridad, viene el Santo Padre”. Te animo a meditar esta propuesta de san Josemaría para hacerla una convicción. Hemos de ser delicados para que no se nos cuele ningún desafecto, porque son muchos los que intentan sembrarlo en el corazón de los cristianos.
Dice Alberto García-Mina Freire.